Turbotemporalidad - Turbomodernidad? - 2da entrega - La forma de lo hiper

El análisis del profesor Molinuevo nos muestra a la vida actual como una acumulación de presentes aislados y sobre todo sucesivos (Molinuevo,2006). El tiempo de la inmediatez y de la instantaneidad es el encargado de sustituir a los antiguos tiempos locales regionales, pero lo más interesante del análisis que Molinuevo realiza a este respecto es cuando nos presenta esta inmediatez como una inmediatez mental y no física. Y desde esta perspectiva el sujeto trata de vivir en el momento, más que vivir el momento. 

Mentalmente el individuo demanda y produce inmediatez no dejando espacio-tiempo para la realización de un proceso reflexivo radical. El lenguaje temporal actual arrincona los procesos pensamiento crítico en un inconsciente genérico donde no se le echa en falta. Estamos asistiendo a una aceleración del presente como nunca había pasado en la historia, aumenta la rapidez con la que se producen los cambios y las operaciones a nivel global. Siempre parece faltarnos tiempo y se negocia en torno al mismo: horarios flexibles, tiempo de ocio, memoria histórica,… el carpe diem parece estar más de moda que nunca. 

Esta imperiosa actualidad del tiempo presente está asociada con la velocidad, de ahí el prefijo de turbo-temporalidad que hemos presentado. La rapidez es sintomática de este tiempo pero no más que la aceleración. Para Concheiro el rasgo más definitorio de la época actual es la aceleración. Ya no es sólo la velocidad a la que todo sucede sino que además tenemos que fijar el análisis en la aceleración con la que todo sucede (Concheiro, 2017). Todo se acelera muy deprisa, la economía, la política, las relaciones sociales, nuestros cuerpos,… No sólo se trata de que se alcancen grandes velocidades sino que además se consiga hacerlo muy rápidamente. No se tata sólo de adquirir una velocidad punta muy alta sino que además se pretende que se desarrolle a la máxima velocidad posible, cualquier acontecimiento, tanto físico como mental. Los fenómenos cada vez se aceleran más y más y la importancia se centra en esta capacidad de aceleración más que en la velocidad. 

Hartmut Rosa ha propuesto incluso una clasificación en torno a los diferentes sectores y aceleraciones señalando a 3: la aceleración de los cambios tecnológicos, las de los cambios sociales y la del ritmo de vida (Harmut, 2013). Pero de manera inevitable, todos ellos se retroalimentan unos de otros. Esta turbotemporalidad del presente que exige inmediatez viene acompañada a su vez de una prisa por expresarlo que provoca nuevas experiencias narrativas. Este lenguaje procedente de la necesidad de narrar inmediatamente, entra en simbiosis con esta nueva manera de experimentar el tiempo. La inmediatez de Twitter, de Facebook, de Instagram,… presenta un uso del lenguaje muy concreto, preciso y evidente que buscan el impacto de la inmediatez. Estos lenguajes virtualizados provocan respuestas inmediatas y emocionales que se convierten en frenos para el pensamiento crítico.

Textos tomados de Revista Ámbitos, José Carlos Ruiz Sanchez