La contemporánea como región, como nicho - Relativismo contemporaneizante.

Sin duda para pensar en la idea de un arte contemporáneo debemos desambiguar el término. La misma palabra se usa para hablar de una condición temporal, pero también se usa para designar un tipo de pensamiento artístico, una forma y una actitud para hacer arte. Luego, podemos ver a los artistas, los críticos y las academias discutiendo el adjetivo o acuñando nuevas palabras para designar el fenómeno que representa el arte que discute con la época de la que se está hablando.  Nosotros haremos foco en una fricción que encontramos entre un pensamiento globalizante y uno fragmentario, regando el terreno con un cierto relativismo. 


En línea con Gil y con Braxton, a quienes traíamos en la publicación anterior, empezaremos por preguntarnos si ¿se puede decir que existe el fenómeno de la contemporánea regional?.

Por extensión, podemos pensar a artistas como Piazzolla, Hermeto Pascoal o Frank Zappa. ¿Existe una idea de lo contemporáneo por nichos?, ¿Cómo funcionaría la mecánica?. ¿Simplemente alcanza con situarse en el diálogo con el triángulo de Braxton,  del lado del interlocutor que discute las fuerzas?. 

Del otro lado,  podemos preguntarnos: ¿tenemos que estar alineados con la bolsa de la cultura de New York y de Frankfurt - Paris?, ¿las culturas responden a los eventos totalizantes que ponen en crisis a todo el mundo al mismo tiempo, cómo pasa en la economía o en la política?

De algún modo, podemos identificar las zonas de donde vienen las preguntas. La primera tanda tiene que ver con Vattimo, con Deleuze, con ideas que descentralizan el pensamiento humano. Del otro lado tenemos la idea moderna de lo sistémico condicionandolo todo. El envoltorio, sin inocencias, es la era global. 

Aún así aparecen nuevas preguntas. El problema de donde situarse, ¿Sólo se trata de con quien dialogamos?. Esto se trata de ¿si quiero ser un autor global o uno regional?.  ¿Ser global significa discutir con todo el globo o se puede ser un simple representante regional?. No desconoceremos que cada una de estas preguntas se discuten a su vez por nichos, y en los territorios que son diseñados para discutir cada nicho. 

Hasta aquí, Atahualpa Yupanqui es tan contemporáneo como The Beatles y Stockhausen, en la década del 60. ¿Quizás por eso el mundo esté tan interesado en los eventos totalizantes, ya que la situación de mirar el arte completo permite situar los eventos con una mirada única, derivar un mercado, y fabricar los símbolos de la época?. 

De cualquier modo, existe una situación fuerte: la pregunta artística implica un levantar y dar de nuevo, cada tanto. Todas estas preguntas pueden llevarnos a pensar formas paradigmáticas, igualmente válidas. Si pensamos desde Braxton, ¿toda región que dialoga en profundidad con sigo misma tiene la posibilidad entrar en la discusión contemporánea?. ¿Esto es válido aún cuando las discusiones tengan que ver con desarrollos que en otros lugares no se tomaron, o ya se abandonaron?

Para Andrea Giunta (a través de Temporada de Relámpagos) hablar de centros y de periferias ya se convirtió en un esquema inválido y obsoleto. Acorde con la idea de las Mil Mesetas Deleuzeanas, se da una simultaneidad, en un panorama donde "si bien las obras se insertan en una lógica del arte globalizada, se activan en determinadas situaciones específicas"



 
Es posible que estemos girando en círculos.  Pero, nunca Aquiles va a alcanzar a la Tortuga, en términos infinitesimales. En la carrera de símbolos estamos en terreno análogo, siempre y cuando no se filtre la economía política y el diseño cultural de época. La era global diría: "pasa que Aquiles y la Tortuga compiten en categorías distintas". 

Nota mental: Cuando me saco una foto para conquistar mi mundo, esto significa una conquista para un mundo, en el mejor de los casos. Lo más normal es que estemos derrapando intensamente, vistos desde otro nicho, o desde otra cultura. 

Si Lachenmann se instala en Winifreda, dificilmente signifique algo para alguien del pueblo. Quizás la discusión es más regional que global, pero el imperio necesita de símbolos universales, quizás por eso se acuñó la palabra transculturación. Quizás por eso la fe en los mensajes "universales" y las generaciones de personas que construyen su arte con información curiosamente desperdigada por la TV primero, por la web, más tarde. Mientras tanto, en una meseta del infinito deleuzeano, la pulseada entre el regionalismo y la globalización continúa.