El punto.
Del mismo modo que en una fotografía tendríamos el punto o el píxel como unidad constructiva básica, en este caso tenemos el punto como resultado de una construcción hecha a base de líneas, cuyas intersecciones determinan unidades, ya sea, entre dos perpendiculares, ya entre dos pares de paralelas que se cortan perpendicularmente (dejando estrictamente un cuadrado que uno abstrae en un punto). De esta afirmación se desprende que el punto, aunque omnipresente y tan esencial como la línea, no es como en otras corrientes la unidad constructiva básica, sino un resultado, que no obstante constituye un elemento esencial en “la piel” de la obra. Por otro lado, ya como elemento compositivo se observa como uno de los elementos más importantes de la obra. Si observamos la figura humana, elemento esencial, veremos que donde hay una de ellas hay un punto, hecho para nada menospreciable, siendo estas las responsables de “la acción”. Por otro lado, se observan puntos en los extremos de los postes de las barandas de las escaleras, en los elementos que trasladan las figuras, en los canteros de los árboles y en las masetas.
La línea.
Es la unidad constructiva básica y predominante. Fuera de la figura humana y los accesorios que responden al elemento semántico “punto”, toda la composición está trabajada con líneas rectas. Aún los efectos lumínicos están logrados en base a esta.
Las líneas curvas, asimismo, se trabajan en distintos sectores de la imagen. Los arcos arquitectónicos están signados por este elemento, así como los cuerpos humanos, los efectos lumínicos que a estos competen, y a demás objetos presentes con propiedades curvilíneas.
La Forma.
Se observa un uso de las formas básicas, en muchos casos de forma explícita y en estado puro, en otros como resultado de la combinación de elementos que coexisten en la composición, como resultado de proyecciones gestalticas que operan sobre las figuras geométricas que rigen la obra. Ejemplos de lo primero son los círculos de las cabezas humanas de los canteros, la bandeja, el balde, los extremos de las barandas, etc. Ejemplos de los segundo es el triángulo que se conforma al centro, como proyección de las tres escaleras centrales. Asimismo, existen formas básicas en combinación como los arcos, los cuerpos humanos, las plantas, etc. No obstante, la forma geométrica prevalece ampliamente en la composición.
La Textura.
Este parámetro esta signado por la omnipresencia de la línea en todas direcciones. La obra está absolutamente determinada por el uso de este elemento, ya que, a los efectos del control de la sombra y de la unificación del dibujo, reina en la composición. Es permanente la presencia de perpendiculares y paralelas con distintos grosores de trazo que nos dan diferentes sensaciones de luz. Asimismo, la dirección de las mismas acentúa la que corresponde a los objetos edilicios que componen. En otras palabras la textura esta constituida por el entramado de paralelas perpendiculares que construyen los diferentes planos.
Nota Bene.
Muy significativa resulta la organización de rol de las unidades básicas. Las líneas tienen un rol absolutamente definido en materia de lo edilicio. Allí predominan y se encargan de los efectos lumínicos. Mientras tanto, el punto es la acción, los hombres y los objetos en figura en general dentro del cuadro.
El Encuadre:
El Tamaño.
El tamaño original de la imagen es 277 x 292 mm. Tal dato nos ayuda a razonar que probablemente en un tamaño semejante las texturas, así como las líneas y puntos que las constituyen, pueden apreciarse mucho más explícitas en lo inmediato, que en la imagen en su versión reducida con que contamos.
El Formato.
De aquí se desprende que estamos ante un formato rectangular, muy cercano al cuadrado, un formato corto. Tal situación es sumamente trascendente en la imagen, ya que acentúa la neutralidad que existe entre las partes de la composición, el equilibrio entre las mismas, el peso, y en definitiva, la ambigüedad de lecturas que proporciona gran dinamismo a la composición.
Los Planos.
Se trata de un plano general, en el que la figura humana tiene un protagonismo, si bien el autor, aprovechando las situaciones parciales de este plano en lo edilicio del fondo, da gran importancia a dichos materiales, a un punto tal que los vuelve esenciales en la composición, mucho más que en un estereotípico plano de esta especie.
El Punto de Vista Adoptado.
Se trata en primer lugar de un punto de vista contrapicado, si bien, en este aspecto ocurre uno de los efectos más interesantes de la imagen. Si observáramos la pareja en el extremo superior izquierdo, por tomar un ejemplo entre otros, veríamos que suma algo de aberrante. Asimismo, el personaje con el libro ubicado al centro de la imagen, aproximadamente, parece tratarse de un ángulo cenital. Con estos ejemplos mínimos pretendo observar la presencia de un conjunto de de puntos de vista, todos emplazados en el plano mencionado.
La Luz:
La gradación de la luz responde a lo que denominamos perspectiva aérea. Esto es el trabajo en escala de grises que trabaja el dibujante para sugerir volúmenes y perspectivas en el cuadro.
No obstante, hay un importantísimo manejo del claroscuro, sin llegar a la dramatización mediante el recurso. Esto se observa en el hecho de que las aberturas en la construcción exponen una gran claridad en las superficies (blanco), mientras los sectores que se sumergen hacia interiores que se ocultan al espectador son sombríos (negro).
El Color:
El color es una variable que queda fuera del análisis en este caso, si bien podemos registrar algunas observaciones. Para empezar, en el facsímile con que cuento el papel elegido no responde precisamente el blanco, por lo que, podemos decir, que el autor no buscó el efecto que tal color hubiera dado a la escena en los accesos de luz.
Personajes o Protagonistas:
Las Acciones.
Los personajes son homanoides, captados en el desarrollo de diversas tareas. Algunos desarrollan tareas serviles, otros contemplativas, otros parecen estar en posturas de descanso, de paseo o en la mesa.
La Ubicación.
Los personajes se sitúan por todas partes en la imagen, con diferentes niveles, profundidades, direcciones. De frente, a espaldas o de costado respecto de la visión que el cuadro nos ofrece.
La Dirección de la Mirada.
La mirada es frontal en la mayoría de los casos y los personajes se proyectan hacia delante con la misma. Sólo hay uno que explícitamente mira en otra dirección: hacia abajo.
Los Planos en que se encuentran.
Son muy diversos y la imagen tiene la particularidad de no colocar en el mismo plano a los personajes, salvo algunos casos, como la pareja del extremo superior izquierdo, o aquellos que comparten la mesa.
La Escenografía.
Se trata de un conjunto arquitectónico integrado por todos elementos conocidos: Escaleras, barandas, arcadas hacia exteriores, puertas, columnas, balcones. Asimismo hay algunos árboles en los exteriores, una planta en el extremo derecho inferior y otra en el superior izquierdo, y una mesa con dos personajes ocupando sillas a su alrededor. Lo curioso es que todos estos elementos están ubicados de un modo no convencional, como si se tratara del interior de un edificio desordenado semánticamente, aún respetando las construcciones lógicas tradicionales:
Las escaleras siempre salen y llegan a un punto, pero presentan algunas particularidades; en casi todos los casos son recorridas al derecho y al mismo tiempo, una figura humana la recorre por el lado opuesto al tradicional. Asimismo, éstas no siempre salen de una planta y llegan a otra, sino que a veces, y la mayoría de ellas, el punto de llegada es pared de otras escaleras, o de puertas, y no el piso de una nueva planta. Y al mismo tiempo es el punto de llegada. Gestalticamente lo reconocemos como piso, pero es pared en otro contexto, tiene más de un significado posible. Reforzando esta ambigüedad, la actividad humana acentúa las dos interpretaciones del segmento edilicio. De este modo, como consecuencia de lo antes enunciado, las figuras que representan paredes para algunos personajes son piso para otros, o bien paredes sobre las que hay ventanas emplazadas en direcciones que contradicen a la anterior, y que contienen otros personajes que ratifican esta ambigüedad de la pared.
Por todo lo dicho, podemos agregar que la imagen se basa en la tridimensionalidad sugerida por el lápiz en escala de grises, así como también, por la ambigüedad de las superficies planas que componen el conjunto.
Es muy significativa la presencia de una mesa, de bandeja, de macetas, de baldes, de árboles, de un saco, de un libro.
El Núcleo Semántico.
El punto de mayor significación es el centro del triángulo que forman las tres escaleras principales, situadas todas al centro de la imagen. No me parece menor tal figura, ya que pareciera estar todo el sentido de la composición en la ambigüedad edilicia que habitan estos hombres, así como en los hombres que actúan e interactúan en la misma.
En cuanto a la lectura de la imagen, no deja de llamarme la atención la presencia de interacción de más de un humano en los extremos superior izquierdo e inferior derecho, como si la línea de lectura tuviera su peso determinado en estas situaciones. Es muy interesante pensar en las líneas de indicatividad del cuadro. Resultan altamente llamativas, en virtud de los recorridos diversos que realiza el ojo tras las inciertas y diferentes actividades de los humanos, a través de los diversos caprichos edilicios.
Factor Tiempo.
Se trata de un modelo congelado.
Aplicación de las Leyes de la Percepción:
La Figura fondo.
Creo que Escher juega con los estereotipos de figura fondo, y logra en varios niveles, de este modo, el efecto. A grandes rasgos podemos decir que logra una ambigüedad o equivalencia entre todas las figuras en un fondo que también presenta relaciones de figura y fondo, así como equivalentes.
La Continuidad.
De algún modo este principio dinamiza absolutamente la figura, ya que cada humano representado aquí o allá da continuidad a la situación que está ejecutando, aún cuando esta cae inmediatamente en la irrealidad de los trayectos de otro humano. Podemos seguir numerosas líneas de continuidades dentro del cuadro, muchas en relación a la frontalidad de los hombres, muchas en relación a lo estereotipado arquitectónicamente de los planos edilicios.
Las escaleras, en una primera impresión parecen ser univocas, pero luego el detalle nos hace ver que están completamente escindidos los planos. No obstante la imagen nos lleva a jugar a encontrar los trayectos que estas recorren.
Por último, se observa casos como el de los dos hombres en el trayecto del puente, centro izquierda, los que son identificados en un mismo trayecto por este principio.
La Semejanza.
Responde a este principio la figura humana, y dentro de este grupo heterogéneo, aquellos que están en la misma interacción se asocian entre sí aún más que el resto.
Además, con este principio podemos agrupar unidades como los escalones de las escaleras y las barandas, por ejemplo.
Por último, creo que este principio establece un ritmo visual que nos hace girar en torno de la imagen, ya que la misma se trata de los mismos elementos compositivos reutilizados, pero colocados de tal forma que nos refrescan la percepción permanentemente.
La Proximidad.
A este principio responden los escalones que integramos en escaleras, por ejemplo, con el ritmo visual que estos conllevan.
El Contraste.
Por este principio, claramente vemos como se distinguen las figuras humanas de la construcción escénica.
La Lectura Subjetiva.
Creo que se trata de una imagen polisémica, de un alto grado de abstracción. Asimismo, resulta compleja y de gran originalidad.
Llama la atención la indefinición de los personajes, los que no tienen rostro y desempeñan actividades heterogéneas e imprecisas, en una arquitectura que parece llevarlos a ninguna parte. Esto da una sensación de vacío a la existencia de los mismos, a la que se suma lo enigmático de los rumbos. Algunos viajan hacia o desde zonas oscuras que resultan un tanto misteriosas, otros hacia sectores luminosos que parecen sugerir mundos plenos de naturaleza, si bien el dibujante no nos deja prever demasiado, con las leyes de lo que vemos. Por otro lado, la presencia de muros herméticos y de grandes proporciones en relación a los hombres genera también la sensación de monumentalidad en la que los humanos están extraviados o con rumbos inciertos. En otro aspecto, se puede observar la utilización de un papel en la gama del cepia, hecho que da un carácter trascendente, inmemorial o antiguo de la escena. Debo confesar que todo me lleva a asociar la imagen con la biblioteca de Babel según Borges. Llama mucho la atención el único humano que esta mirando hacia abajo, en el centro derecho de la imagen. También lo hacen la pareja y los comensales antes mencionados, los que comparten esta situación interactiva.
Más allá de todo esto me asombra enormemente el dinamismo que logra mediante esta construcción surreal que toma elementos lógicos y los desordena. Uno viaja en diversas direcciones con la imagen y se pierde en las trayectorias, sin poder encontrar la falla y al mismo tiempo percibiendo la irrealidad de la misma.
Algo del cuadro me lleva a pensar, del mismo modo, en el tiempo. Ya que hay humanos que están en los mismos planos o mundos, dentro de este conjunto, muchos de los cuales, en su falta de carácter podrían responder al mismo personaje en dos momentos diferentes. La imagen parece avalarlo ya que no ofrece un segundo de estatismo, sino, por el contrario, nos hace viajar permanentemente en múltiples direcciones.
Para finalizar quiero destacar el título de la obra, el mismo que amerita todo el desconcierto y la ambigüedad del que soy presa en este análisis: Relatividad.
Una animación posible