"En su ensayo “Lingüística y poética”, de 1960, Roman Jakobson establecía los rasgos diferenciales de la comunicación poética. En un intercambio corriente encontramos tres polos: emisor, receptor y mensaje. En la comunicación poética y literaria, no solo el mensaje en sí, sino incluso el destinador y el destinatario se vuelven ambiguos. Además del autor y el lector, se da el “yo” del protagonista lírico o del narrador ficticio y el “tú” del supuesto destinatario de los monólogos dramáticos, súplicas y epístolas (Jakobson, 1974, p. 36). Ese supuesto destinatario no se confunde con los eventuales lectores o receptores de la comunicación literaria o artística. Por otra parte:
"La primacía de la función poética sobre la función referencial no elimina el referente, pero lo vuelve ambiguo. Al mensaje con doble sentido corresponden un destinador dividido, un destinatario dividido, además de una referencia dividida, como claramente aparece en los preámbulos de los cuentos de varios pueblos, así por ejemplo en el exordio habitual de los narradores mallorquines: “Això era i no era” (Jakobson, 1974, p. 36)".
"En la comunicación poética (vale decir, literaria, artística) el emisor, el receptor, el mensaje se desdoblan. El yo del autor no es el yo del personaje ficticio, el receptor no es el dedicatario del mensaje, y el contenido del mensaje tiene un referente equívoco".
"¿Qué sucede en internet? Las redes transmiten mensajes personales: el mensaje de un miembro de facebook a otro miembro de facebook, por ejemplo. Pero los blogs, los posteos, imágenes y textos que se suben a internet en uno u otro sitio responden a lo que Jakobson consideraba comunicación poética o literaria. El emisor puede colgar materiales en diversos sitios con nombres diferentes. A través del tiempo internet evoluciona y los usuarios también. Los archivos, datados y clasificados, son materiales ubicables, como si fueran una obra de arte o un libro. El usuario de internet que cuelga materiales o los comparte actúa como un artista con su obra. A lo largo del tiempo el artista evoluciona y no puede decirse que tenga una identidad fija. La obra lo lleva siempre más lejos de sí y lo cambia. El artista, igual que el usuario que sube materiales a internet, se desdobla entre un sí mismo privado y las manifestaciones públicas que tienen una existencia autónoma. No puede decirse que haya identidad de emisor. Hay más bien una liberación desperdigada de sí en cada caso".
"¿A quién llega un posteo de internet? Tampoco hay identidad de receptor. El mensaje llega a todos y a nadie. El receptor es aleatorio, no coincide con nadie en particular".
"Y, en cuanto al tercer término en la trinidad del mensaje: el referente, ¿dónde está el referente? ¿Cuál es el referente de una foto tratada en Photoshop? Las selfies nos dan imágenes cambiantes y sorpresivas de un sujeto conjetural. La foto se transmite desprendida de su referente. Esto se parece a la invención".
"Los contenidos en las redes están desdoblados, se los puede compartir. Internet fomenta la expresividad sin sujetos que tengan el rol de emisor unívoco de mensajes que llegan a incontables receptores. Hay emisor, receptor y referente del mensaje, pero se han vuelto ambiguos e incluso indeterminados. El campo público de internet desdibuja las identidades, superpone las presentaciones, nos coloca fuera del intercambio de mensajes de persona a persona. Esta actividad altera el sentido de nosotros mismos. Todos tienen la posibilidad de dejar una huella, de ser poetas, artistas, dentro de un intercambio virtual, como la literatura y el arte lo hacían antes en exclusiva".
"El rastro que cada uno deja en internet es un collage de imágenes, de declaraciones desparejas, sorpresivas para uno mismo, escondidas en el tiempo, que no pretenden coherencia, aunque tal vez tengan consistencia. Son huellas de Pulgarcito en el espacio virtual".
"También se puede engañar con falsas identidades. Basta ver el programa de tevé Catfish, donde la persona engañada busca establecer la identidad de un corresponsal que se disfraza. No quiero decir que los usuarios de internet estén llevados per se al disfraz y al engaño, pero cabe esta alternativa porque el desdoblamiento de los vértices del mensaje en internet da margen a la ficcionalidad de los autores y los contenidos".
"La luz absoluta del horizonte teológico, léase totalitario, impedía ver las luciérnagas del estilo. Nuestra tecnología nos diferencia, permite la liberación de la personalidad y la liberación de los contenidos, sin posible consenso. Esto es democracia dentro de los límites de nuestros instrumentos. Es lo que podemos hacer hoy. El medio formatea el mensaje".
Los textos son de Echavarren, revista Scielo, Uruguay. Fotografía de Amilcar Cantoni. Video por Martín Paolorossi, Circuito Abierto, 2015.