inter[sticio] - Otras monstruosidades de "La Cosa Posmoderna"

Hace días estamos publicando ideas vinculadas con "La Cosa Posmoderna". En general, hemos vinculado las ideas filosóficas con lo extremo, a partir del material de divulgación de  Sztajnszrajber. Interesante resulta poder pensar la música, aún extrema y en el borde disciplinar, desde dispositivos diseñados en terreno filosófico. Ahora bien, los dispositivos permiten otras miradas y habilitan el análisis de otros fenómenos. En eso trabajaremos en la publicación de hoy. 

Como heredera de la postura filosófica de Nietzsche, el posmodernismo postulado por Vattimo desactivaría los grandes relatos de la humanidad, en favor de los pequeños. Esa operación es reconocida por el filósofo como un potencial difusor de los códigos sociales, de los puntos de acuerdo macro estructurales y de la ley unívoca lograda por el "sentido común" de un sistema "x" (Macro Relato). En otras palabras, se abriría la puerta a la idea del "entonces puedo hacer lo que quiera", seguido por la acusación estándar que transforma a lo posmoderno en una especie de insulto a lo no comprometido en ninguno de los sentidos pre establecidos. 

Postularemos aquí, con este antecedente en contra, un modelo que abre el juego a pensar desde nuevas formas de construcción, dentro de la experiencia social.  El diálogo estético será con los micro relatos, y con la búsqueda de la legislación en favor del acuerdo del pequeño grupo que construye relato, y en contra de la idea pesada del deber ser del paradigma de la etapa moderna, que puede verse ultra vigente en la música, hasta nuestros días. 







Una comisión - Un fallido - Una unidad monstruosa - la micropolítica de dos grupos

Dado que aquí estamos hablando de música, buscando dentro de este campo disciplinar, hablaremos de esto desde el diseño de inter[sticio], una obra para gran ensamble, live electronics y danza, que fue comisionada por el Festival Plataforma 21, Teatro del Libertador San Martín, en el año 2016. El proyecto se alojó entre los grupos proyecto[red]ensamble y Altibajos Constante Movimiento.  


Del lado de la música, la obra se gestó en relación a una especie de sombra de Hoketus (Louis Andriessen), un trabajo que el grupo estaba entrenando. De allí se desprende una proyección de nueva obra, por la imposibilidad de montar una adaptación de Hoketus, en una muy trabada gestión de derechos de autor. Afortunadamente, el puntapié fue un motor poderoso para diseñar una forma de construcción que rebasa la idea del autor individual, y que camina entre la composición, la improvisación, la dirección creativa, y el trabajo con una pista que encauza el material, en determinados momentos.  

En esta construcción trabajaron 4 autores, desde la escritura, y todo el ensamble más el director, desde la improvisación y la interpretación de los materiales. Del lado de la danza, se trabajó con la dirección compartida, más la improvisación de todo el elenco de la compañía. La obra se presentó con los créditos de este modo, dada la necesidad de manifestar la acción de convivencia que se estaba llevando adelante:

Accordeón | composición - José María Llorens [] Paulo Zobge | Danza [] Liandro Quiñones | Danza [] Flautas dulces - Cecilia Arguello [] Guitarra | Composición - Nicolás Gerchunoff [] Piano | Composición - Gabriel Libro [] Cecilia Zoppi | Danza [] Sebastian Roux | Danza [] Lea Lutthmann | Dirección de Movimiento [] Piano | Composición - Hernán Libro [] Quena | Guitarra | Composición - Flavio Gonzalez [] Sabrina Lescano | Danza [] Florencia Mainetti | Danza [] Andres Oviedo | Danza [] Mauricio Sautu | Diseño Lumínico [] Guitarra Clásica | Composición -  Ivan Espíndola [] Percusión - Joaquin Luna [] Josefina Maro | Danza [] Gabriela Bondone | Danza [] Belen Ghioldi | Danza [] Dirección | Composición : Pablo Behm [] Clarinete – Melanie Ungaro [] Trompeta – Alberto Escuti [] Saxo Tenor – Ramiro Sosa [] Sebastian Roux | Danza [] María De Rossi | Dirección de Movimiento [] Diseño | Fotografía – Gastón Citrux [] Violín | Viola – Mauro César Castiglione 


La obra en acción: un mosaico y una lemniscata

La música se resolvió dentro de la idea de un mosaico, de naturaleza híbrida, de partituras compuestas y de diseños para la convivencia sonora. Este mosaico, que actualmente está extraviado, se combina con un conjunto de señas, que permiten al grupo co existir en esta topología de regiones de notación. Dentro del diseño, existen las lecturas lineales, las improvisaciones, las estructuras de sincronización rítmica, los espacios de "Stand by" activos, y las zonas fijas. 

Dentro de la danza, existe la lemniscata, como estructura inamovible. Los bailarines trabajan a través de ese diseño, con consignas negociables de improvisación, y con la mirada externa de dirección. La interacción entre ambos mundos es relativa, pero acordada. El frágil mundo de la obra toda es un acuerdo que dialoga con muchos códigos, pero que no reproduce ninguno en particular. 

 


El micro relato y la convivencia 

Un diseño. Convivencia llena de microacuerdos. Lógicas funcionales a la realidad de los grupos, de los tiempos, de las precariedades y fragilidades del circuito. 

El gran montaje, el sueño del gran montaje y aún así, una búsqueda del mismo de una manera no totalizante. 



 

La idea de acuerdo, la singularidad del individuo como sagrada, en medio del colectivo de creación. Utópico quizás. Tal vez sólo una memoria eufórica. Aún así, se destila sutil, y vale absolutamente sólo por el conjunto de veces en que "esa cosa" estuvo viva, ese año, durante los ensayos y las dos funciones que se llevaron a escena. 


 

Relatos mínimos desde lo micro. La errancia como método. Lo efímero y la autodestrucción de un mensaje estético que quizás nunca pueda reconstruirse, son como una especie de indicador de época que bien se llevan con estas ideas de Vattimo que antes traíamos a dialogar. Quizás en esta gestualidad pueda leerse algo de otro orden (siempre en diálogo con publicaciones anteriores) por entre las hendiduras de la idea de lo posmoderno.